La Romana.- Durante un viaje por la Autopista del Coral, desde Santo Domingo a Punta Cana, se descubren auténticas joyas gastronómicas y lugares pintorescos que ofrecen no solo delicias culinarias, sino también una experiencia visual única.
El trayecto comienza con el avistamiento de la sucursal de Típico Bonao en la Autopista del Coral, gracias a la información del hijo del viajero.
Este restaurante, conocido por su auténtica cocina dominicana, se distingue por su colorido, con un muro verde tras la barra que resalta dos recuadros amarillos, imitando ventanas, y un llamativo reloj rojo en el centro.
Aunque no es el original de la ciudad de Bonao, esta sucursal en la provincia de La Romana conserva la esencia de la tradición culinaria dominicana.
Más adelante, cerca del Aeropuerto Internacional de Las Américas, surge el Hola Parador-Market, con su imponente figura de una sirena blanca frente al local.
Junto a este parador, se encuentra una estatua de un hombre con un sombrero rojo de copa alta, dando un toque de peculiaridad al lugar.
Este parador es un alto obligado para quienes deseen explorar productos diversos, desde sombreros hasta opciones gastronómicas variadas.
Continuando el recorrido y avanzando hacia La Romana, se encuentran interesantes opciones como La Panería, donde se puede disfrutar de un espresso en una terraza techada.
Este establecimiento ofrece, además, la posibilidad de adquirir sombreros de distintos estilos, añadiendo un toque de moda a la experiencia.
Uno de los puntos culminantes en el regreso hacia la capital es el famoso Shish Kabab, reconocido por sus kipes.
Este restaurante, que lleva desde 1969 deleitando a sus comensales, es un lugar tradicional para quienes desean degustar esta deliciosa especialidad.
La visita se completa con un breve alto en la barra para disfrutar de un kipe, una experiencia que destaca por su autenticidad y sabor.
Finalmente, el cierre de este recorrido culinario se realiza en otra sucursal del Típico Bonao, ubicada en la Autopista del Coral, en la provincia de La Romana.
Aunque no es la sede original, conserva la esencia del Típico Bonao, brindando a los viajeros un espacio amplio y abierto, con abanicos en el techo de dos aguas de madera que complementan la experiencia visual.
Un café expreso cortadito y un croissant son la elección perfecta para culminar este viaje lleno de sabores y colores.
Un aspecto destacado de este recorrido es la atención especial a la limpieza y presentación de los baños en cada establecimiento, lo que contribuye a una experiencia completa y agradable para los viajeros.
Este itinerario gastronómico en la Autopista del Coral no solo ofrece una variedad de sabores auténticos, sino también una inmersión en la riqueza visual y cultural de la República Dominicana.
Por: Abrahan Nuñez
