La Romana, R.D.- La comida frita ha estado ligada a la cultura culinaria de nuestro país por más de medio siglo y su proliferación no parece tener fecha de caducidad.
Aunque los expertos en salud recomiendan limitar el consumo de «frituras» como se le conoce popularmente, lo cierto es que hay ciertos manjares en esa modalidad que mantienen la tentación latente de los comensales.
Una opción rápida es el tradicional «embuchao» que consiste en rebanadas de salami, jamoneta o chuleta con tostones (plátanos fritos). Quizás es la de mayor demanda y aunque el yaniqueque con jamoneta es bastante popular, decidir cuál de ambos se consume más, dependerá del gusto individual de cada quien.
En La Romana desde la instalación de varias fábricas de índoles diversas en el primer parque industrial (Zona Franca), el consumo de fritura era una constante y múltiples puestos de esa modalidad existían en las inmediaciones de ese lugar.
El consumo de bebidas alcohólicas y en especial de cerveza, es una tradición en La Romana que se acentuó bastante en la década de 1980 ya que la economía era bien fluida y debido al enorme número de empleados de Zona Franca, semanalmente había efectivo en los bolsillos y con éste, los empleados resolvían compromisos hogareños y siempre guardaban una parte para sus «traguitos».
En ese contexto, surge un personaje clave de esta ciudad quien logró en tiempo récord y sin publicidad radial, escrita o televisada, posicionarse dentro del gusto de todo residente en La Romana quien después de darse unos tragos, buscar fritura en el negocio de Tongolo.
Tongolo fue ganando popularidad porque su fritura era completa y además tenía la opción de caldos que en este menester, fuera de la sopa de pollo o el cocido, se llevó los laureles el mondongo, cuya fama se regó de boca en boca en toda la ciudad a un punto que nadie osaba comerlo si no era donde Tongolo.
¿Quién era Tongolo?
Este querido personaje romanense nació en el sector de Bancola el 19 de Mayo de 1946 bajo el nombre de Pedro Antonio Wilmore Ramírez, producto de padres laboriosos.
Antes de darse a conocer en toda La Romana por su fritura y caldos, especialmente el mondongo, Tongolo fue comerciante mercantil en el mercado municipal de La Romana en donde vendía múltiples tipos de víveres.
Eventualmente fue vendedor de números de lotería, que en ese entonces se les llamaba rifero y caraquero en donde llegó a ser vendedor mayorista. Como es sabido, lo de «caraquero» era un apodo alusivo a los vendedores de números de lotería que seguían la tendencia de ese juego desde Caracas, capital de Venezuela y antes de regularizar ese sector, era una actividad ejecutada a discreción, porque la ley penaba esa práctica.
La proliferación de las jugadas se hizo cada vez mayor y las autoridades terminaron legalizando la misma y con esa regulación, los caraqueros más sólidos establecieron puntos de venta ya con acuerdos de marcas registradas.
Para 1992, Tongolo decidió de dedicarse a la venta de fritura con niveles de calidad ya que según relata Martha Wilmore Rosario, su primogénita, «él era muy exigente con lo que comía al junto de su familia y eso se traducía a sus clientes».
El negocio comenzó a darse a conocer rápidamente y en la calle Espaillat donde residía con su esposa, la Sra.Yrene Rosario de Wilmore y sus otros dos hijos, Pedro Antonio «Tony» y Pedro Aneury, comenzó tímidamente para luego expandirse en espacio y comodidad a sus clientes que de forma constante visitaban el lugar detrás del famoso «mondongo de Tongolo».
En este punto, haremos una pausa y relataremos un poco de historia sobre los orígenes del conocido mondongo:
La palabra «mondongo» viene de las expresiones “mondejo” y “bandujo” que se usan como sinónimo de tripa o vientre de animales, gracias a la influencia de las lenguas bantúes provenientes de África.
Según pudimos investigar, los orígenes del mondongo se remontan a la época Colonial tomando como irrupción a Perú. Existió una reconocida receta la cual fue llamada “mote pelado” (preparación de maíz elaborada por los indígenas del Perú), fusión con la introducción del ganado vacuno a la región, fue evolucionando hasta lo que conocemos como mondongo actualmente.
Su popularidad se diseminó en otros países de Sur América, teniendo presencia férrea en Argentina (donde le llaman locro); Colombia (mute en algunas zonas de allí); México (llamado pancita); Panamá (mondongo a la culona) y «masatepe» como es conocido en Nicaragua.
¿En en sí el mondongo puras tripas?
Evidentemente. El mondongo tiene como principal ingrediente el estómago, costilla de cerdo, carne de res y en ocasiones hay personas que le echan maíz, papa criolla y papa común y otros ingredientes.
Hay muchas personas que objetan comerlo ya que las tripas del mondongo vienen literalmente de varias partes del animal (incluyendo intestinos).
Sin embargo, la persona que lo prepare, si posee conocimientos en detalle, tomará como ley imperativo el lavado amplio con agua caliente y limón. Hay que estar pendiente del agua y cambiar ésta a los fines de eliminar los residuos para iniciar empezar el proceso de cocción.
Una vez finalizado el tiempo de cocción, deber servirse caliente (temperatura moderada) en plato preferiblemente hondo y se puede acompañar desde tostones hasta arroz o yuca. Imprescindible echarle ají picante al gusto o limón.
¿Qué pasó con Tongolo?
Tras varios años Tongolo seguía en la supremacía del producto por el cual se hizo bien conocido y la calidad seguía intacta siempre enfocado en brindar higiene y limpieza a sus comensales.
Tongolo sacaba tiempo para dar algo de sí y fundó un equipo de softball el cual bautizó Los Orfelos, nombre derivado del inglés «Odd fellow», que es el miembro de una orden fraternal o benevolente.
Su uso entró en vigor en República Dominicana vía los inmigrantes de habla inglesa que pertenecían a logias y eran personas humildes, pero matizados de dignidad y respeto.
El equipo llegó a realizar (y ganar) múltiples torneos amistosos y esa características se tradujo también en la conformación de un club de dominó que operaba en la azotea de su residencia familiar en la calle Espaillat.
Aunque el negocio ofertaba los principales caldos del arte culinario dominicano y fritura, la imagen de Tongolo siempre era referenciada por el mondongo.
El 6 de Agosto de 2013, Pedro Antonio Wilmore Ramírez, cariñosamente Tongolo, perdió abruptamente la vida producto de un paro cardíaco a los 67 años.
Con su deceso se cerró un ciclo en cuanto a su oferta culinaria y aunque se hicieron intentos por parte de familiares, el interés por su sazón se fue con él y así por igual, los clientes. Aunque la «marca» era una realidad, el hecho de él ya no estar impidió reavivar el entusiasmo de los comensales.
Tongolo, junto a sus hermanos colaboradores Américo y Gertrudis «Flor» más Luz Rosario, quedó en la historia culinaria de la fritura y caldos en La Romana como el representante por excelencia de posiblemente el mejor mondongo de La Romana y quizás del Este de República Dominicana.
Por Marcos Sánchez
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