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¿Para qué la NASA contrató un sacerdote y 24 teólogos? Entérate aquí…

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¿Para qué la NASA contrató un sacerdote y 24 teólogos?

La Romana, R.D.- Como si estuviéramos al borde de darse a conocer una gran revelación global, el título de nuestro artículo se hace más que imperativo, obligado y necesario.

Múltiples cejas se han levantado al conocerse que la National Aeronautics and Space Administration o en español, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), contrató 24 teólogos quienes ayudarían al sacerdote nombrado Reverendo y Doctor en Bioquímica Andrew Davison a pavimentar el inminente escepticismo que surgiría entre creyentes del judaísmo, cristianismo, Islam, budismo e hinduismo si se diera a conocer la noticia de un contacto alienígena.

El Reverendo de origen inglés pasó un año académico entre septiembre de 2016 y junio de 2017, en Princeton en Nueva Jersey como parte del programa The Societal Implications of Astrobiology (Las Implicaciones Sociales de la Astrobiología), que fue financiado con US$1.1 millones de dólares por la NASA.

Ya en este punto, el título de esta publicación cobra nuevamente carácter interrogatorio y uno se cuestiona: ¿Está la comunidad científica interesada en brindar una explicación dual, junto a los creyentes religiosos, sobre la inminente realidad de vida extraterrestre interesada en interactuar con la humanidad?

Podría resultar difícil para algunos dar esa respuesta. Para otros resultaría una pérdida de tiempo absoluta y para otros tantos la adopción de una postura neutral.

El creer que sólo existe vida (como la conocemos) en nuestro planeta dentro de un cálculo promedio de más de 100 mil millones de estrellas en esta galaxia y más de 100 mil millones de gаlаxias en el universo, es sencillamente absurdo.

Sin embargo, la inusual cooperación entre la parte científica junto a la religiosa, nos deja claro que es naturalmente criticable el hecho de ponderar las implicaciones de la vida extraterrestre si ésta realmente ha sido constatada.

La idea de seres extraterrestres ha sido explotada en la cultura popular hace bastante tiempo, teniendo rotundo éxito literario en celebradas obras de ciencia ficción de autores como Isaac Asimov con su famosa «Serie de la Fundación» (colección de 16 espectaculares relatos en igual número de libros).

Determinante citar a Ray Bradbury autor de «Fahrenheit 451″, » Ruido de un Trueno», «Crónicas Marcianas» y «El Carnaval de las Tinieblas».

El esencial Arthur C. Clarke y sus notables «Cita con Rama», «Las fuentes del paraíso» y la celebrada «2001: A Space Odyssey».

Las exquisitas obras en ese género de Julio Verne como «20,000 leguas de viaje submarino», «Viaje al centro de la Tierra», «De la Tierra a la Luna», «La vuelta al mundo en ochenta días», «La isla misteriosa», «Cinco semanas en globo» y «Miguel Strogoff».

El extraordinario H.G. Wells con «Esquema de la historia universal»,
«La máquina del tiempo», «El hombre invisible», «La isla del doctor Moreau», «La guerra de los mundos», «Los primeros hombres en la Luna» y «Matrimonio».

Hugo Gernsback y su célebre «Ralph 124C 41+», «Aventuras científicas del barón Münchausen» y «Ultimate World».

Y finalmente, de esta selecta mención, Philip K. Dick con «Ubik», «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?»,
«El hombre en el Castillo»,
«Una mirada a la oscuridad» y «Fluyan mis lágrimas, dijo el policía».

Todas esas historias son producto de creativas, fantásticas, incomprendidas y obviamente, alucinantes mentes que existieron y fantasearon con mundos paralelos y otras formas de vida.

La imagen fundamental del término «extraterrestre» y luego el cada vez más popularizado «alienígena», lo estigmatizó y estilizó Hollywood. En muchas películas son criaturas horripilantes que llegan a la tierra con propósitos colonialistas y cargados de hostilidad; otras propuestas los presentan con intenciones pacifistas y unas cuantas desde perspectivas genético-correctivas e intentos de cohabitación híbrida, respectivamente.

Lo cierto es que si la mayor institución global está dando pasos de hacer alianza con el sector eclesiástico, podríamos interpretar que las improbables teorías leídas en novelas de ciencia ficción, al parecer poseen un realidad oculta más factual que alocada.

La gran pregunta debe hacérsela usted mismo según su doctrina: ¿Cuál sería su reacción si se revelara la existencia de vida extraterrestre?.

Esperemos si aquel adagio que reza «La verdad nos hará libres» tampoco es una expresión utópica.

Por: Marcos Sánchez
Contacto: [email protected]