La Romana, R.D.- Si algo añoramos los romanenses que pasan de los 60s son nuestras fiestas patronales. Las patronales eran esperadas con tanta o mas ansiedad que las navidades, y crean que no estamos exagerando.
Semanas antes del inicio de las fiestas, ya se había elegido una junta directiva, se había confeccionado un programa con las actividades a celebrarse cada día.
La tarima frente al Club Recreativo se instalaba, esperando la presentación cada noche de artistas locales y nacionales. La multitud que allí se congregaba era impresionante. Durante las fiestas patronales el día empezaba con una alborada por las principales calles del pueblo.
Al medio día el repique de campanas y explosión de “montantes” nos recordaba que estábamos de fiestas. En la tarde, diversos juegos y competencias en las cuales había premios para los ganadores. El palo ensebao en la antigua plazoleta del mercado.
En el parque central el recordado “rally de la gurrupela” en burros. Carreras en sacos, en bicicleta, en “zancos”, etc. En fin, había diversión para todos los gustos.
No podemos dejar de mencionar “los caballitos” que se instalaba en lo que para entonces era un solar baldío en la esquina de la Eugenio A. Miranda con Trinitaria, frente al parque. Ademas de los caballitos, allí se instalaban unos grandes columpios con yolas como asientos y otros juegos mas pequeños.
En la noche, presentación de artistas en la tarima frente al Club Recreativo. Cada noche un artista diferente. Y juego de bingo para las damas en la plazoleta que existía detrás de la iglesia antes de que allí se construyera una nueva edificación. El 30 de Agosto, día de nuestra patrona Santa Rosa de Lima, en la mañana misa en su honor, y durante el resto del día desfiles, competencias, juegos, y en la noche baile en todos los clubes y sociedades de la ciudad.
Eran unas fiestas en las que participaba todo el pueblo, día y noche durante una semana. Al final, los recuerdos, las anécdotas, volver a la rutina diaria y a empezar a contar los días hasta las próximas fiestas patronales.Pero, siempre hay un pero, las fiestas perdieron su colorido, ya no fueron lo mismo.
¿Que pasó? Nosotros creemos que sacar las fiestas del centro de la ciudad y mudarlas para la Padre Abreu tuvo mucho que ver con su decadencia. Hoy, víspera de Santa Rosa, nos sentimos nostálgicos y añoramos con profunda nostalgia, aquellas fiestas patronales que nos tocó vivir y que desgraciadamente, se fueron para no volver.
Fuente: La Romana Calle Arriba Calle Abajo
