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La Romana: Una de las primeras provincias en el negocio del Cine en República Dominicana

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La Romana.- La generación “grandiosa” (1901-1927) fue testigo del primer cine en República Dominicana, al que se llamó La Republicana, ubicado en el Panteón de la Patria, Zona Colonial.

Otros disfrutaron las películas eróticas en el cine Lido (avenida Mella) o asistieron en su vehículo al autocinema Iris (1959) ubicado en el Centro de los Héroes.

Los empresarios estaban conscientes de la revolución cinematográfica y abrieron 131 salas de cine en las provincias, es decir, el 54% de las 239 salas existentes en el siglo XX, según el informe “Las salas de cine de República Dominicana” elaborado por la Dirección General de Cine (DGCine).

Actualmente, de los 27 complejos con 192 salas de cine existentes, 14 están en Santo Domingo con el 70% de los espacios (135) y los 13 restantes (con 57) se ubican en solo seis de las 31 provincias del país.

Los sureños recuerdan asistir al teatro Bahoruco, en la calle Duarte esquina María Montez en Barahona, hoy Iglesia Buenas Nuevas. La propiedad era de Ángel Augusto Suero, quien lo inauguró en 1948. Además, se conocieron las salas Ercilia y Cinema Unión.

En Puerto Plata, en el parque de la Restauración, se alzó el Curiel donde se presentó el cinematógrafo en 1900.

Expansión del cine dominicano

En La Vega inició el cine con las salas “La Progresista, Rialto y Rívoli” de la mano de Francesco Greco, las cuales proyectaron películas como “Viaje a la luna” en 1902 y “La boda de Alfonso XIII” en 1906.

En Santiago, justo en 1906 abre la primera sala de cine, el teatro “Palmer” que luego se convirtió en la escuela Rafael Ramos en la calle San Miguel o Restauración.

En la Ciudad Corazón se encontró el “Ideal” construido detrás del Club de Damas de Santiago, cuyos precios de la boleta eran entre 10 y 15 centavos. “Jardín”, en la avenida Imbert, fue un cine al aire libre y de clase media baja.

En tanto, el “Colón” era administrado por el Circuito Rialto, mientras que “Apolo” se dedicó, antes de cerrar, a proyectar películas eróticas, similares a la de su homólogo en la avenida Mella en Santo Domingo.

En 1914, los hermanos José y Antonio Russo Cino en colaboración con Leonetti abrieron el cine “Colón”, mientras que Luis Carretero inauguró el teatro “Rivoli” en 1917. Sin embargo, el Ayuntamiento de La Vega indicó que cada entrada costaba RD$2.

Cine “Lama” se construyó en 1970 en la calle Beller entre Cuba y Sabana Larga, mientras que cine Víctor se transformó a Monteclaro. A finales de 1993 se inaugura el “Hollywood 7”, en Santiago, de la empresa Caribbean Cinemas en la avenida Estrella Sadhalá.

En San Francisco de Macorís se inauguró en 1917 el teatro “Colón” por el general Manuel María Castillo Medrano. Sin embargo, desapareció en 1936 por un incendio. El cine José Trujillo Valdez (1930) cambia a Carmelita en 1961.

En la década de 1950, Pedro Heyalme tenía el cine Antonieta en San Juan. En enero de 1929 el teatro “Aurora” de San Pedro Macorís abre sus puertas de la mano de Eugenio Cesteros, este tenía capacidad para 1,200 personas y proyectó largometrajes como “El séptimo cielo”.

Si bien en La Romana se caracterizó por tener tanda matiné, específicamente en “Papagayo” en la avenida Santa Rosa, en 1986 es adquirido por la multinacional Caribbean Cinemas que lo operó por siete años antes de cerrar sus puertas.

Otros, como “Vaganiona” en Baní, fue remodelado en 2004 para convertirlo en un centro cultural con una inversión de RD$20 millones.

Incentivos para el cine

Las demarcaciones fronterizas como Elías Piña (1), Pedernales (1), Montecristi (3) y Dajabón (1) contaron con salas de cine independientes. Otras como El Seibo, 2; Higüey 3; Constanza, 2; Monseñor Nouel, 4; y Azua, 2; también reportan salas antiguas desaparecidas.

La Ley de Cine 108-10 en su artículo 36 establece “Incentivos al establecimiento de nuevas salas de cine”, en el cual se declara de interés para el Estado, el establecimiento de salas de cine en todo el territorio nacional. El artículo 37 indica las exoneraciones a la construcción de salas de cine.

“Las personas naturales o jurídicas que inviertan capitales en la construcción de salas de cine en el Distrito Nacional y el municipio de Santiago de los Caballeros, quedan exoneradas del 50% del impuesto sobre la renta (ISR) por un período de 15 años por concepto de los ingresos generados por las respectivas salas”.

De hecho, la exención será de un 100% para las demás provincias y municipios del país.

Fuente: Karla Alcantara / El Dinero