La Romana.- De los crímenes que se han cometido en contra de nuestra herencia histórica, y que lamentablemente se siguen cometiendo, quizás el mas doloroso, por lo menos para nosotros, ha sido el de la destrucción de la glorieta de nuestro parque central.
Nuestro parque es el eje principal alrededor del cual gira nuestro pueblo, socialmente hablando. La Romana podríamos decir que nació y se expandió a partir de ese pedazo de pueblo.
En sus inicios cines, tiendas, bares, clubes, restaurantes, farmacias, todos se podían encontrar en sus alrededores.
Y claro, el corazón del parque es su glorieta.
La construcción de nuestro parque, y por supuesto de su glorieta, se inició en el año 1913 cuando el señor Francisco de Jesus Mañón, jefe cantonal del pueblo, puso la primera piedra.
Todos disfrutamos del parque y su glorieta hasta que en el año 1962, con el pretexto de que la glorieta resultaba pequeña para acomodar a la banda de musica municipal para tocar la retreta dominical, el consejo municipal y su síndico tomaron la nefasta decisión de destruirla y construir una glorieta mas amplia pero por supuesto, este adefesio en forma de platillo volador era menos elegante, menos hermoso. Desentonaba con el resto del parque.
Años más tarde, desconocemos cuándo, se tomó la decisión de destruir esta nueva glorieta y reemplazarla con la glorieta actual.
Tambien los elegantes bancos de granito originales fueron sustituidos por los actuales bancos de metal.
Tal vez, y decimos tal vez, alguna administración edilicia futura, se decida a buscar los planos de la glorieta original, y pueda devolverle al pueblo esa construcción simbólica que los ciudadanos de esta ciudad disfrutamos hasta el año 1962.
Fuente: La Romana Calle Arriba Calle Abajo
