La Romana.- La querida Ana Gloria, miembro del fan-club, me pide recordar a los choferes de carros públicos que viajaban a diario a la capital y eso es una orden; aquí va!
Ese servicio se mantuvo hasta los años 80s cuando los actuales autobuses los sacó de circulación; ya desde el final de los 60s comenzó a ello las líneas La Experiencia y luego la Metro, con sede en Santo Domingo, hasta que estas fueron eliminadas por las actuales empresas locales.
Vayamos a principios de los años 50 hasta donde llega mi memoria y recuerdo a los hermanos Julio y Fellín Medina, a Porfirio, Patrón, Coco, Athil y Fidel. Después aumentaría el número con la llegada de otros, pero quedémonos en esos años.
Eran unos carros americanos «pescuezo largo» de variadas marcas, todas norteamericanas: Ford, Chevrolet, Studebaker, Mercury y otros; todos de cuatro puertas, transmisión mecánica y sin aire acondicionado (eso vendría después).
Capacidad: 6 pasajeros, dos en el asiento delantero junto al chofer y cuatro en el asiento trasero. Si iban unos gorditos, échense p’alante y vámonos!!!
El servicio era de puerta a puerta y el costo del pasaje era de 3 pesos por persona. Era común hacer la reservación la noche anterior si el viaje era en la mañana, se iba a casa del chofer y allí era anotado el nombre en una lista, si esta estaba llena, reservaba para el día siguiente, o iba donde otro chofer o iba a la parada a ver si encontraba un cupo, pues los choferes esperaban un tiempo a ver si llenaban con los seis pasajeros, mientras los demás esperaban pacientemente; si la cosa estaba floja y no se lograba, vámonos con los tres o cuatro que había!!!
Ya iban a ser las ocho y debíamos salir antes de las siete.
Comenzaba entonces la travesía por aquella carretera pavimentada rústicamente por pedazos, trechos de caliche polvoriento y con hoyos, hoyos y troneras.
En tres horas estaremos en Ciudad Trujillo!
Tres horas si no estaba crecido Arroyo Hondo después del Cruce de Guerrero o el río Soco en Ramón Santana. De ser así seguir a Guaymate, luego El Seibo, Hato Mayor, puente Ramfis, un descanso en la parada del Cruce de Guayacanes cerca del mediodía, fundillos adoloridos, a lavarse la cara y estirar las piernas, una meadita, engañar el estómago con algo y seguir rumbo a San Isidro que en una hora llegamos a la capital.
Estaba todavía en construcción la autopista de Boca Chica a la capital, primera de cuatro vías en el país, igual que el puente Leonidas Radhamés; eso haría más rápido el viaje cuando sean inaugurados en 1955 junto con la Feria de la Paz y
Confraternidad del Mundo Libre, con cuya reina Angelita Primera, el pueblo dominicano celebrarà el 25 aniversario de la ascención al poder de Su Excelencia Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva.
No joda ombe! Hoy ese viaje La Romana- Santo Domingo tarda 1 hora 10 minutos.
Por: Rafael Torres Ramirez
Fuente: La Romana Calle Arriba Calle Abajo
