La Romana.- Como abogado litigante con frecuentes visitas a los palacios de justicia, en especial los ubicados en el Centro de los Héroes y Ciudad Nueva, no puedo pasar por alto la preocupante realidad que enfrenta la infraestructura de los tribunales en la República Dominicana.
La solemnidad de la justicia y la dignidad de aquellos que acuden a los tribunales se ven afectadas por las condiciones lamentables en las que se imparte justicia.
La falta de adecuadas instalaciones es evidente, con numerosas salas de tribunal en mal estado y dimensiones inadecuadas. En muchos casos, los tribunales operan en espacios improvisados, que no son más que la mitad de una antigua oficina separada por paneles de yeso.
Esta realidad conlleva a que jueces y partes involucradas deban buscar alternativas para celebrar audiencias, llegando incluso al extremo de operar en furgones.
El Tribunal Superior Administrativo, en particular, ha experimentado una situación preocupante, yendo de tener un solo salón para todas sus salas a depender de salas prestadas en el Centro de los Héroes.
Esta precariedad afecta directamente la eficiencia y el funcionamiento de un tribunal de gran importancia.
El inconveniente no se circunscribe al Distrito Nacional; La Romana también enfrenta graves problemas. Salones con trabajos a medio hacer, suelos rotos y la ausencia de instalaciones básicas como ascensores afectan la accesibilidad y la comodidad de quienes buscan justicia.
El impacto va más allá de lo estético, ya que las deficientes condiciones de los bancos y la incomodidad general afectan la concentración y el desarrollo de las audiencias.
Además, el calor al que se ven sometidos jueces y abogados, que ya deben lidiar con saco, corbata, toga y birrete, añade un elemento de molestia adicional.
La prolongación de los procesos judiciales debido a estas condiciones adversas afecta directamente la eficiencia en la impartición de justicia.
Urge encontrar soluciones, ya sea mediante un aumento en el presupuesto asignado a la infraestructura judicial o a través de otras medidas que permitan mejorar las condiciones en las que se desempeñan los tribunales.
Es imperativo que se aborde este problema de manera integral, considerando la importancia de la justicia para el funcionamiento adecuado de una sociedad democrática.
La mejora en la infraestructura judicial no solo beneficia a los profesionales del derecho, sino que también garantiza un acceso más eficaz y digno a la justicia para todos los ciudadanos.
Fuente: Nassef Perdomo Cordero, Abogado
