La Romana.- En la pintoresca ciudad de La Romana, destaca un personaje local lleno de carisma y anécdotas fascinantes: Porfirio Cedano Alfonso, mejor conocido como Charlie Papa.
Su habilidad innata para caer bien le ha permitido no solo ganarse el corazón de los habitantes de La Romana, sino también codearse con personalidades nacionales e internacionales.
Nacido en una familia humilde, Charlie vivió su infancia ligado al Central Romana, donde su padre trabajaba como guarda campestre durante la administración de Teobaldo Russell.
A los 16 años, la pérdida de su madre lo llevó a buscar su sustento, y así comenzó su trayectoria.
Charlie inició como limpiabotas en el Club de la Costa, un lugar donde pronto comenzaría a tejer relaciones con personajes destacados del país.
Su camino se cruzó con el señor Russell, quien lo empleó como mensajero y encargado de cargar maletas en el antiguo Aeropuerto Punta de Aguila de La Romana.
Aunque muchos piensan que su apodo, Charlie Papa, se deriva de su encuentro con el Papa Juan Pablo II, la realidad es que ya llevaba este nombre desde sus días en el aeropuerto, siendo simplemente un código asignado por su labor en la rampa.
La combinación de la primera letra de su apellido y nombre creó este apodo que lo acompaña con cariño.
Entre las personalidades con las que ha compartido momentos se destaca la figura del Papa Juan Pablo II, donde participó en su seguridad durante una visita al país.
A lo largo de su vida, Charlie Papa ha sido testigo y partícipe de diversos eventos nacionales, pero dos momentos destacan especialmente: su participación activa en los funerales de Joséíto Mateo, conocido como el «negrito del batey», donde se le ve bailando con una nieta de Joseíto, y en el funeral del recordado Anthony Ríos, cargando el féretro del querido artista.
Porfirio Cedano Alfonso, Charlie Papa, es más que un personaje; es un símbolo querido de La Romana.
Su carisma, historias y participación en momentos clave de la vida local lo convierten en una figura entrañable y respetada por todos.
Por: Abrahan Nuñez
Fuente: La Romana Calle Arriba Calle Abajo
